Mi nombre es Jose Manuel Aguilera, vivo en Centelles, en la comarca de Osona (Barcelona) Me defino como un «matemático de la palabra«. En realidad, las palabras y los números son lenguajes. Los lenguajes nos sirven, sobre todo, para solucionar problemas, y eso es basicamente lo que hacemos mientras estamos vivos, despejar las diferentes X que la vida ya se encarga de ir poniendo en nuestro camino. Sé que esa categoria de matemático de la palabra no está recogida en ninguna parte, pero nosotros utilizamos los dos lenguajes indiferentemenete.
De hecho, los cientificos no piensan en números, nadie piensa en números -salvo las computadoras- Primero, la persona tienen una idea, y a raíz de ahí, después desarrolla su teoría con números. Por ejemplo: El bueno de Einstein desarrollo su teoría de la Relatividad un día en el que iba en un autobús e iba fijandose en el reloj de un campanario. Entonces a su mente de genio se le ocurrió el siguiente razonamiento: «que pasaría si este autobús de repente comenzara a acelerar de forma exponencial a muchísima velocidad, llegaría un punto en el que el reloj del campanario, comparado con mi reloj de pulsera, empezaría a ralentizarse». Insisto, las palabras y los números son lenguajes igual de exactos, solo que como véis, las palabras son muchos más versátiles. Yo descubrí que era un matemático en el 2005. Cuando fuí a una charla sobre la relatividad de Einstein que se celebraba en el Museo de la Ciencia de Barcelona
La charla la daba un físico de la Autónoma de Barcelona – un tal, Jordi Faraudo- y el caso es que el tipo hizó una exposición clara y concisa, que incluso yo llegué a entender. Allí me topé con la ecuación, y a través de una teoría propia, la entendí de golpe, comprendí lo que significaba. La relacioné con la vida, con el presente. A la vez que extraí una ley universal nueva, que se deduce de ella
De hecho estaba ya acostado en la cama, cuando lo acabe de ver todo, y me tuve que levantar y sentarme en una silla, de lo flipado que me quedé ante semejante hallazgo. Como os vengo diciendo, los números tienen un campo de visión muy límitado. Enistein, llegó a través de ellos, y se encontró una ecuación: E=m.c2 -que es Universal- Sin embargo, yo llego a través de las experiencias que la vida me ha dado, y la entiendo a la primera. Bueno vendría a ser aquello de que los árboles no te dejan ver el bosque. La Ley Universal que nos encontramos es:
«Todo existe porque está en movimiento»
Porque los átomos que lo componen, estan moviéndose. Sí, ya lo sé, parece una obviedad (sobre todo cuando te lo explican) pero hay que estar ahí, y tener la capacidad de entenderla, e imagino que yo reunía todos los requisitos. La existencia y el movimiento, como en la ecuación, estan relacionados, la materia no puede existir sin el movimiento, y viceversa. En los sólidos, más sólidos, sus átomos estan en movimiento, pero si detuvieramos ese movimiento, la materia se desintegraría en nuestras narices. Porque en realidad, todo cuanto percibimos es materia transcurriedo a través del tiempo. Solo que nosotros también somos matería, pero materia consciente, y podemos tomar conciencia, o sea, entender todo esto. Por supuesto, esto cambia muchas cosas, pero sobre sobre todo, dinamita el concepto de solidez -de rigidez– lo hace saltar todo por los aires